Vi aquella barda de piedras acomodadas para que la tierra no erosionará y terminaran las casas con los morillos descubiertos, llegue a la vieja casa de mi prima, la luz de sol se filtraba en la estancia cubierta por pequeñas hojas de palma, se sentía fresco, mi prima con su sonrisa estaba frente a su fogón, dentro de su recamara se escuchaban risas, entonces pude ver al hijo de mi prima, que tenia años que no lo veía, tenia a su pequeño en brazos, una niña salio corriendo de la habitación saltando con unas carcajadas que llenaban todo el ruido que existía en aquel lugar, todos estaban preparando el baño del pequeño ante aquel calor sofocante, que ni poco viento que soplaba podría apagar, tome al niño entre mis brazos, era igual que su padre, moreno, tenia sus ojos, estaba serio, se supone que la madre del niño estaba dentro de la otra habitación pero jamas la vi, las tías tampoco estaban, el padre del pequeño comenzó a contarme parte de lo que había hecho durante todo este tiempo sin vernos, lo mismo hice yo.
El abuelo no estaba tampoco en casa, también tenia ganas de verlo, mi prima me comenzó a contar de el mientras veía como bañaban al pequeño en su tina, se veía que disfrutaba del agua fresca, el sol se filtraba con mas intensidad en la estancia, la niña regreso sin hacer algún ruido caminaba lenta evitando ser descubierta desde el interior, a pesar de que existían orificios pequeños que fácilmente podría ser vista desde el interior.
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