jueves, 13 de junio de 2013

Cuerpo en mis brazos

Y llegamos a ese rió desconocido, se notaba que tenia apenas unos años de adolescente, así que rápidamente me adelante de mi familia y me tire al rió, a aquel río verde, con arboles grandes alrededor, todo verde, llegue al centro del río y podía observar como las ramas largas y frondosas de los arboles colgaban cerca del agua, pude también ver como se marcaba entre esas ramas los pasos de personas que habían visitado ese lugar, marcadas entre los troncos gruesos, así que no espere y trepe sobre esos troncos para admirar una vista verdosa desde esa sombra, ya que el sol brillaba fuerte.
Mi familia se mantenía nadando a orillas del río, mientras yo trepaba entre las ramas, solo escuchaba a mi madre gritar que me bajara o que no siguiera subiendo, sin obedecer seguía y seguía hacia arriba, y observaba el cielo desde esa altura y también observaba el agua del río bajo mis pies, "si caigo, caeré en agua" pensaba.
Cerca de ahí pude ver huertos, había nopales no espere y corría hacia allá, mamá me seguía por detrás, después me detuve, me gustaba observar hacia el horizonte, cerca de ahí se abría el bosque, mamá se acerco a mi y muy molesta me indicaba que no volviera a hacer eso, después la mire, pero de la nada comenzó a esparcir liquido de su boca, me puse tenso, la abrace y en eso de desvaneció, pude sostenerla con mis brazos mientras gritaba "alguien ayúdeme", la cargue en mis brazos y la lleve a la choza cercana, llegue a la puerta y nadie salia, seguía gritando para que alguien me ayudara, mi hermana no estaba, mis sobrinos tampoco, entonces la puerta abrió, un señor sentado en su silla tejida me dijo "pasa".
Estaba tan alarmado por llevar a mi madre en brazos y que nadie me ayudara, pude ponerla en el suelo, pero de de repente la persona en mis brazos comenzó a caminar como si nada le hubiese sucedido, y yo seguía "ayúdenme por favor", el señor lanzo una risa burlona y me dijo "ah, es la señora que siempre se desmaya, ya se le paso", no podía creer lo que pasaba, la señora que tenia en mis brazos aparentaba ser otra, no hice caso a eso y la puerta de la cocina se abrió, mi madre sostenía en mano una tortilla lista para ponerse en el comal, entre y mis sobrinos en la mesa, todos como si nada hubiese pasado.
Sentí un gran alivio después de todo eso.